domingo, 12 de febrero de 2012

CANTO DE AMOR ANARQUISTA



CANTO DE AMOR ANARQUISTA

            Cuando el sargento Viñuelas entra en el salón de plenos del ayuntamiento de Moclinejo se
queda con la boca abierta y los ojos redondos como platos al observar la escena que alli se representa. Viendo lo que ve no puede reprimirse y pregunta a gritos a los alli presentes:
           ¡Pero se puede saber que coño pasa aqui con vosotros...!
           El miliciano anarquista de la F.A.I. que ocupaba sentado en toda su extension el sillón de la alcaldia con los dos pies bien apoyados sobre la mesa, termina de limpiarse con calculada parsimonia los restos de nicotina vieja que tiene incrustados entre los dientes con la punta de un palillo. Levanta los ojos hacia el techo con mirada de perdona vidas y observa con indiferencia al sargento Viñuelas que permanece firme en medio del salon rodeado de un cabo y tres soldados todos armados.
          -Aquí pasa sargento, comenzó ha hablar el miliciano dando un fuerte puñetazo en la mesa, que los que mandamos somos nosotros los de la FAI, que para eso hemos sido los primeros en tomar el pueblo echándole cojones. Y como esta ordenao pòr el mando, ya hemos creado un comité revolucionario pa sustituir al alcalde y gobernar este pueblo mientras no se nos ordene otra cosa. Porque segun han llegado noticias a mis oidos, vosotros los militares se os sabeis quedado en Málaga dudando que bando tomar y escondidos como borregos en los cuarteles-
          Desde el fondo del salón los seis milicianos que le acompañaban como escolta se adelantan con decision para arroparle cerrando filas junto a su jefe.
        -Y que pensáis hacer con ese desgraciado…. Pregunta Viñuelas señalando con el dedo indice al hombrecillo gordinflon que tenían maniatado a una silla con un ojo morado y el labio inferior partido de un cinchazo.
        -Y a ti que carajo te importa lo que hagamos con el sargento....-
         Aquellas palabras mas que una respuesta, le sonaron como un cañonazo seco en los oidos al sargento Viñuelas tampoco acostumbrado a aquellos actos de indisciplina que ademas tenían la virtud de encenderle la sangre. Porque desde que se inicio toda aquella barbarie forjada por los españoles, Viñuelas tenía bien asumido que con una banda de hombres indisciplinados y anarquicos como eran todos ellos no se podria ganar jamas la guerra.
         Estos pueblerinos analfabetos se piensan que por vestirse con un mono azul, un gorrillo, gritar tres o cuatro consignas y dar dos puñetazos en la mesa van a acojonar facilmente a los fascistas, reflexiono armándose de paciencia.
        -Tengamos la fiesta en paz, le contesto para suavizar la situacion, y dime tu que pareces el jefe del comite ¿Cómo te llamas?
        -¿Yo? Me llamo Santos Vicario a mucha honra, y estoy aqui al servicio del comité revolucionario de Benajarafe.
         Cuando Viñuelas escucha el nombre del jefe anarquista,  esta a punto de soltar una carcajada, pero se contuvo como pudo por miedo desencadenar una ensalada de tiros entre los dos bandos en el salón de plenos del ayuntamiento.
         Desde que se supo por la mañana bien temprano que los militares golpistas habían fracasado en el levantamiento de las guarniciones de Málaga, se habían ido formando rapidamente grupos de milicianos que desde los pueblos de Benamocarra y Benajarafe salieron en camiones y coches requisados a particulares a tomar los pueblos de los alrededores.
         Los que llegan a medio día a Moclinejo vienen ya cabreados de cojones. Cuando han entrado para ocupar Chilches se han encontrado con el maestro de la escuela, el cartero, y el alcalde electo republicano, fusilados por los fascistas en las mismas tapias del cementerio, dejándoles despues tirados como a perros. Posteriormente cuando abandonaban el pueblo han sido tiroteados desde las ventanas de un cortijo por una escuadra de falangistas y guardias civiles que les han causado en el emfrentamiento dos muertos y tres heridos antes de salir huyendo hacia los Montes de Malaga, camino de Granada.
 Por eso cuando la partida de milicianos a llegado a Moclinejo no se han parado en barras y arrasan a sangre y fuego a todos los vecinos que conocen que votaron a la derecha. En menos que canta un gallo queman las casas de los dos terratenientes ricos y la del medico rural con todas sus familias dentro.
 Otro grupo de ferroviarios militantes de la UGT que vienen andando desde Torre del Mar, logran cazar al cura parroco de Moclinejo en Valdes, cuando muerto de miedo el pobre trataba de buscar refugio en la sierra huyendo despavorido a lomos de un mulo. A este parroco le conocian en el pueblo por el padre“Picadura” porque andaba todo el dia con un sempiterno cigarro de picadura de tabaco colgado del labio inferior de la boca y a la vez, porque en los sermones que soltaba desde el pulpito de la iglesia los domingos por la mañana a toda sus parroquianos, les daba picotazos como una abeja y los ponía a caer de un burro. Fue visto y no visto. Los ferroviarios sindicalistas para evitarse el mal trago de tener que fusilarlo, se lo entregaron a los anarquistas que habian tomado Moclinejo y que rapidamente en una sentencia sin apelacion llevaron al cura a empujones hasta estamparlo contra la pared de la iglesia.
 Cuando Pepe el “Chinches” se adelanto apuntándole con la pistola en la cabeza para decirle:” Mira cura ya puedes empezar a rezar lo que sepas porque de esta bala no te libra ni tu dios”. Curiosamente ninguno de sus compañeros movio un dedo para arrebarle la presa. Y así sin más, el “Chinches” le descerrajo dos tiros reventándole la tapa de los sesos.
 Con el cadaver aun caliente ni se les ocurrio perder el tiempo en buscar al enterrador. Todo lo contrario, se marcharon calle arriba dejandole alli tirado junto al muro exterior de la iglesia.
 A continuacion, el grupo que comandaban Santos y Pepe se fue directamente hacia el ayuntamiento donde suponian que estaba escondido el alcalde.
        -Vamos a ver Vicario, siguio preguntando armandose de paciencia el sargento Viñuelas a punto de agotarsele el aguante, no me toques las pelotas con tanto arrojarme a la cara vuestro comité revolucionario, que ya tiene guasa que un anarquista se llame Santos y no es broma, para que también quieras ser tu quien pretenda imponerme las ordenes. Empiezo por avisarte que ahí fuera en la calle, tengo formado un pelotón de veinte soldados armados hasta los dientes y te juro por mis muertos que si les doy una orden aquí dentro no quedáis un puto tío vivo.
         Desde que habian entrado a media mañana como el caballo de Atila en el ayuntamiento de Moclinejo y le ataron con una soga a la silla de la alcaldia, se notaba que le habian estado sacudiendo sin piedad. Lo denunciaban los enormes cardenales morados de la cara y la brecha abierta de la boca que manaba sangre, producto de haberle atizado muy fuerte con la hebilla de acero de un cincho para asegurar las albardas de los mulos.
        Sintiéndose mas seguro Viñuelas volvió a preguntar con firmeza:” A ver joder  que todavía no me habéis contestado que coño pensáis hacer con este desgraciado de alcalde. Un fuerte olor a agrio mezcla del sudor, del miedo del hombrecillo y del humo del tabaco negro, se extendía por todo el salón de plenos. Atado a la silla, palido como el mármol, el alcalde suda como un cerdo escaldado, atenazado por la angustia y el miedo a morir.
 Tiene que ser el “Chinches” nuevamente al comprobar que su jefe flaquea desorientado por las amenazas del militar, quien se adelanta dos pasos para tomar la palabra.
        -Sargento a este pedazo de cabron, y señalo al alcalde arreándole de paso una bofetada, le vamos a dar el mismo matarile que al medico y al cura y después lo vamos a colgar de un gancho del matadero para escarmiento de los facciosos.
        Al sargento Viñuelas aquella situación lo tenia perplejo y además le descuadraba por que no entendía nada de lo que estaba pasando.
      -Vamos a ver si me aclaro con vosotros coño, que me tenéis hecho un lío. ¿Explicarme este tío no es el alcalde que se presento por el Frente Popular y gano las elecciones?
      -Si el mismo, respondió con rapidez el “Chinches”.
      -Pues si es un tio de los nuestros joder, no entiendo porque estais empeñados en sacudirle como a una estera para darle despues matarile.
     -Yo te lo explico, ahora quien intervino fue Joselito, un tipo fuerte y ancho como un armario que en su tiempo libre se dedica a calafatear pateras y traiñas en la playa de La Cala,” este cabron sinvergüenza que dice ser socialista, es cierto que se presento por la coalicion del Frente Popular, y la mayoria del pueblo lo eligio democraticamente como alcalde, pero ayer al enterarse que se habian sublevado los militares de Africa y que en Malaga parecia que los facistas se hacian con la ciudad, hizo la bandera roja y gualda en el balcon del ayuntamiento y se puso una camisa azul de la Falange.¿ Te parece poca traicion a nuestra a la causa?  Por eso sargento le vamos a fusilar hoy, por traidor a sus ideas, por golpista y por facha”.
      -Santos nos lo llevamos ya a la iglesia o le pegamos aquí mismo dos tiros. Apremio el “Chinches” haciendo un gesto inequivoco de disparar uniendo los dedos indice y corazon.
      Viñuelas viendo que su autoridad se resquebraja y el asunto se le escapa de las manos, trata de contemporizar.
     -Pero no veis que fusilarle  en este estado es como pegarle tiros al aire. No os dais cuenta que ni siente ni padece, dejarle que por lo menos se recupere, o es que quereis fusilar a un pelele. Cabo, ordeno con voz cuartelera. llévatelo  a la cuadra y ponle a Gaitan de guardia para que no se escape.
     -¡Alto ahí! Se interpuso el “Chinches”, este prisionero es nuestro y si alguien tiene qué vigilarle somos nosotros. Tu “Picao” llévatelo y a poco que intente enajarse le metes todo el peine de balas pa el cuerpo.
      No es solamente el pegajoso “terral” que sube a bocanadas desde la costa lo que  mantiene a Pepe el “Chinches” sin pegar un ojo, porque al rebufo del calor, suelen acudir bandadas gigantescas de mosquitos grandes como aviones, que se lanzan en picado desde el techo aguijoneando con saña sus brazos y la piel de la cara y produciendole una picazón tan fuerte  que de tanto rascarse llega a hacerse  sangre. Por ese motivo no le llego a sobresaltar a tan altas horas de la noche la brusca entrada del “Cipri” en el salon empujando la puerta del despacho con la culata de su fusil.
     -Que ahí fuera “Chinches” esta tu novia Trinia..... le grito.
       Aquello si era una sorpresa mayuscula que termino por desvelarle y tirarle de un salto de encima de la mesa del alcalde donde descansaba.
     -Bromas las justas Cipriano o me voy a cagar en tu puta madre.
No eran precisamente horas para visitas, ni la situación permanente de guerra aconsejaba andar viajando por aquellas carreteras cortadas por grupos falangistas o partidas de milicianos que no se paraban a investigar y solian disparar antes de dar el alto.
 Pero la “Trini”, conocida la noticia en Benalgabon donde vivia, de la toma del pueblo de Moclinejo por los anarquistas de Benajarafe y el apresamiento inmediato del alcalde se armo de valor. En pocos minutos se puso su mono azul y se calo el gorrillo rojo que usaba en las manifestaciones callejeras de Malaga  y sin pensarselo dos veces, agarro el primer camión que salia de Benagalbon cargado con provisiones y munición hacia Benamargosa, obligándo a Juan Romerijo el conductor del camion a realizar una parada no prevista en Moclinejo.
 Sin esperar a que el “Cipri” volviese con una respuesta, la “Trini” lo aparto de un codazo y entro en el salon, cerrando la puerta bruscamente despues de echarlo.
     -Lo que tenemos que hablar Pepe, aqui y ahora tu y yo  no necesita de mas testigos.
     El “Chinches” con la sorpresa reflejada todavia en la cara, por la incredulidad de lo que estaba viendo frente a sus ojos, se levanto rapidamente con la intención de darle un beso a la “Trini”.
    -Los besuqueos después “Chinches”, le largo mientras le apartaba con los brazos, ahora vamos al grano que es lo que me interesa. Me ha llegado esta tarde a los oidos la noticia que habeis apresado al alcalde y teneis la intencion de fusilarlo. Ya te adelanto que no lo voy a permitir y ademas Pepe, tu tienes que salvarlo como sea. ¡Me has oido bien “Chinches”!
     Ni una bomba de mano que le hubiese explotado entre las piernas le hubiese causado mayor impacto.
    -Pero que dices “Trini” te has vuelto loca, ese cabron de alcalde esta sentensiao desde ayer por nuestro comité….
     -Pues “desentensialo” “Chinches” que tu tienes mando y cojones para hacerlo.
 Tuvo que pellizcarse con fuerza el antebrazo izquierdo para convencerse de que aquella situacion no era una pesadilla producto de la fatiga y el sueño.
-Pepe, le dijo Trinidad entre lagrimas mientras le echaba los brazos al cuello, ese tio, ese cabron de alcalde es mi padre.
      Ahora si que el “Chinches” tuvo que zafarse de los brazos de la “Trini” para sentarse en el amplio butacon que utilizaba el alcalde, para no desplomarse como un saco por el suelo, a la vez que agitaba el pecho buscando agonicamente el aire contaminado de la estancia que se negaba rebelde a llegar a sus pulmones.
   -Perdoname amor mio pero nunca tuve el valor suficiente para contartelo porque era un secreto juramentado entre mi madre y yo. Pero ahora dadas las circuntancias no tengo mas remedio que romper el secreto y contartelo. Que sepas que el tal Justino, ese al que quereis fusilar y mi madre, fueron novios en el pueblo hacer diecisiete años y el muy sinverguenza la dejo preñada y si te he visto no me acuerdo se largo un dia a Barcelona. Tal vez arrepentido, a su regreso despues de un monton de años, nos fue a buscar, pero mi madre que siempre estuvo enamorada de el, hizo de tripas corazon y puso tierra de por medio. Por eso nos fuimos a vivir a Malaga. Pero mi madre que era muy sentimental siempre guardo en el cajon de su mesilla esta foto de mi padre. Mirala para que veas que no te miento.
-“Trini” me estas pidiendo un imposible...
-Ya lo se Pepe, pero es mi padre y yo llevo su sangre, como quieres que vivamos juntos sabiendo que tu fuistes uno de los que le fusilasteis.
-Te entiendo cariño, pero entiendeme tu a mi, si lo dejo escapar me juego yo la vida. Nadie me va a perdonar, porque nadie puede traicionar al comite revolucionario.
     - Hazlo por mi y por nuestro futuro, tu sabes mejor que nadie convencer a Santos y a los otros que te acompañan. Pero Pepe no me falles y sueltalo sin falta esta noche .
    
     Furiosa, se marcho dando un portazo sin esperar la respuesta del “Chinches”.
 Cuando la “Trini” se subió a la cabina del camión iba llorando y se secaba las lagrimas con el paño del gorrillo rojo y negro.
Fueron cuestion de segundos los que tardo la sorpresa en disiparse en medio del ambiente agrio y fuerte del salon encalado de blanco.
 Nunca antes el “Chinches” se habia visto en una situacion parecida de tan dificil eleccion. Lo suyo siempre habia sido la accion. Para pensar, decia, estaban otros, los jefes y los politicos. Para decidir si , para decidir, si era sobre la marcha, mejor, no necesitaba consejos de nadie. “Yo en esto de tirar pa alante, soy como Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como.” Por eso abrio la puerta bajo los cinco escalones y salio a la calle.
   -Oye “Picao” ábrele la puerta  a ese hijo de puta y que se vaya echando leches del pueblo.
   -No me jodas “Chinches” y eso quien lo ordena….
    -Mis santos cojones “Picao”, pasa algo, o quiere que te de la ordene con la pistola apuntandote a la cabeza coño.
     Cuando Justino el alcalde se asomo a la calle totalmente desierta por el toque de queda impuesto por el Comite,  miro hacia atrás, le temblaban las piernas como si fuesen de alambre. Estuvo esperando que de un momento a otro le pegasen el tiro en la nuca, o le aplicasen la ley de fugas. Desconcertado, bajo los escalones muy lentamente y en cuanto piso los adoquines de la calle y pudo doblar sano y salvo la esquina de la plaza, corrió como alma que lleva el diablo, hasta perderse en la oscuridad de la noche.
    -Lárgate echando leches, Justino, no sea que me arrepienta. Lo mejor que puedes hacer es esconderte en Malaga hasta que pase el chaparron y se olviden de ti, y ya puedes dar gracias toda tu puñetera vida a la “Trini”, que le ha podido mas la sangre que la razon y te ha salvao la vida. Le habia aconsejado el “Chinches” mirandole fijamente a los ojos, antes que el “Picao” le abriese la puerta del despacho donde estaba preso para dejarle en libertad.
      Cuando el cabo de guardia llamo con prisas al sargento Viñuelas para que se personase urgentemente en el salón de plenos, donde el comité revolucionario llevaba debatiendo una hora, el reloj de la iglesia acababa de dar las seis campanadas y el sol llegaba pletorico desde el mar de Alboran.
 Se le notaba nervioso y desquiciado a Santos Vicario escoltado permanentemente por el “Picao” armado con un fusil y dos bombas de mano colgadas en el pecho. Fue precisamente el “Picao” quien se aproxima al “Chinches” atado a la misma silla donde antes estuvo  retenido y ensogado el alcalde para propinarle dos puñetazos en la cara  sin piedad alguna. En un momento dado llega a acercarle tanto su cara al rostro de su compañero, que el aliento inflamado por el fuerte olor del anis cazalla con el que el “Picao” se desayuna cada mañana, le abrasa la cara.
     -Camarada Pepe Vargas, al que llamamos el “Chinches”, te informo que has sido condenado a muerte por la  mayoría de este comite. Asi que te vamos a fusilar ahora mismo por traidor a la causa, por deslealtad con tu comite de las FAI y lo que mas me duele por ser un autentico guilipollas. Porque se necesita ser guilipollas para dejar libre, vivito y coleando al “chaquetero” del Justino sin una causa que lo justifique. Y tu, que yo sepa, no nos has dado razon alguna que nos convenza. Asi que poner a este tarao de pie, cojer los fusiles, cargarlos y andando todos para la pared de la iglesia.
     A punto de traspasar la puerta de entrada al salón donde los anarquistas estan reunidos, Viñuelas escucha la sentencia, se frena en seco en el mismo dintel de la puerta y se vuelve rapidamente saliendo a la calle donde se dirije al cabo de guardia. Su viejo instinto de sargento “chusquero” le alerta de que no se entrometa.  
    -Pacheco retire rapidamente a su escuadra hacia las escuelas y espere mis órdenes, me da el pálpito que estos cafres se van a matar entre ellos.
Justo antes de abandonar el salón comandando al grupo, Santos Vicario intenta darle una oportunidad a su compañero y amigo.
“Por ultima vez “Chinches” puedes explicarnos que coño se te ha podido pasar por la mollera para soltar al alcalde y jugarte la vida tan estúpidamente…”
“Lo siento camarada pero tu jamas lo entenderías…”
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