LA NOCHE DE LOS GENERALES
- ¡Que sí, que ha llamado el comandante ayudante, que preparemos a las chicas de siempre que esta noche vienen los generales a joder
- Eso le grito desde el fondo del salón rojo la “china” Salome, a la “negra” Pureza dueña del prostíbulo.
- La tarde había estado borrascosa metida en tormenta con lluvias intermitentes que refrescaban el insufrible bochorno de todo el día, algo muy habitual a mediados de Julio. Por contra dentro del bonito chalet colonial que se levantaba al final de la avenida Libertad y Democracia el aire acondicionado funcionaba a tope suavizando el calor húmedo y pegajoso de la calle.
¿Estas segura Salome? Mira que hoy es día quince y esos mandamases vienen siempre a final de mes.
Tenia razón la “negra” Pureza en dudar porque no era normal que los militares adelantasen tanto su visita mensual, rompiendo unas normas de seguridad y una costumbre arraigada desde hacia años.
¡Que si ama Pureza ¡hoy a las diez de la noche los tienes aquí con todo su ejército de escoltas, ya sabes que el comandante ayudante no habla, ¡da órdenes!
No le gustaba nada a la “negra” que tan de repente le cambiasen sus hábitos. No le gustaba porque la llegada imprevista de los generales era poner su casa patas arriba, con los escoltas registrando hasta debajo de los cimientos porque no se fiaban ni de sus sombras. Registraban desde el salón de visitas hasta el sótano y habitación por habitación sin ningún respeto ni miramiento. La reventaba que le mangoneasen el negocio, porque era evidente que nada mas oír desde lejos las trepidantes sirenas de las motos, los clientes habituales salían escopetados antes de que los guardaespaldas los sacasen del chalet a patadas, dejando la caja registradora tiritando después de la precipitada huida y esas pérdidas, iban a beneficio de inventario, una putada . Y eso que la “negra” Pureza los tenía bien puestos como demostró cuando le dijo clarito al general de caballería el “indio” Batista : Mira general aquí serás siempre bienvenido, pero que sepas que en mi casa y en mi coño mando solamente yo.-
Pero se tuvo que acostumbrar a que los servicios de seguridad husmeasen como pastores alemanes por cada rincón del chalet.
Que la visita la realizasen al final de cada mes no le importaba, muy al contrario la beneficiaba, porque la clientela habitual de divorciados que no se comian una rosca, casados salidos de madre y jubilados enganchados a la viagra, no cobraban hasta primeros de mes.
Además, aunque los generales no pagaban sus servicios, las consumiciones de cubatas, mojitos y caipiriñas que se soplaban el ejército de guardaespaldas, la recompensaba con creces. Nadie se atrevía a revisar las facturas que firmaba sin rechistar el comandante ayudante, lo que le permitía a la “china” Salome, la administradora, quintuplicar los whiskys y el champán que se bebían los generales con sus parejas.
Pureza se lo tenía advertido : El día que nos cojan Salome, nos cierran el negocio y nos ponen en la puta calle.
_Que no mujer, la tranquilizaba la “china” yo les meto el “clavo” bien metido y llevo las facturas a Capitanía, allí las revisa un sargento furriel que tiene más miedo que vergüenza y al que le dejo que de vez en cuando se ponga ciego con la “cholita” Griselda que tiene marcha para tirarse a un batallón de la Guardia Nacional. Y además ama a que vienen tantos remilgos si en este jodido país roba hasta el que hace el dinero.
Digerida la sorpresa todo el mundo entró en una frenética actividad. Los generales eran de distinto gusto y a cada uno había que darle con el punto que exigía, no en vano El Erika se había encaramado al numero uno de los prostíbulos del pais avalado por la calidad profesional de sus mujeres, el respaldo de los generales y de algún chupatintas del ministerio de la policía. Todo un éxito para la “negra” Pureza que la convertía en reina de la noche, donde se movía a sus anchas con un estilo y una clase que la separaba años luz de sus pupilas. Aunque tenía bien asumido despues de tantos años, el rechazo de una sociedad conservadora e hipócrita hacia su persona por el papel que representaba ser la dueña de una casa de putas y encima negra.
Casa de citas coño, se cansaba de repetir, porque tienen que enmierdar una cosa tan bonita como el sexo y una profesión tan normal como ser secretaria. Ya me gustaría ver a alguna de las meapilas que nos temen como a la sifilis metidas en la cama, haciéndoles guarrerias a sus maridos de las que no se entera nadie porque quedan en el anonimato de la alcoba, unas putas de noche y santas de día.-
La “criolla” Crisálida tomo de inmediato el mando de la organización, como siempre, ella era la jefa indiscutible de puertas para adentro desde que desembarcó del transbordador “General Perón “procedente de Buenos Aire, en donde regentó durante muchos años “La Cumparsita” el cabaret preferido de la Junta Militar, hasta que un desenlace amoroso totalmente imprevisto la hizo huir de su fracaso buscando el olvido.
Empezó por supervisar las cuatro habitaciones que como costumbre inalterable ocupaban los generales, con especial atención a la numero uno que utilizaba el extravagante Getulio, el general que hasta para joder marcaba el territorio de su liderazgo.
Después se ocupó del salón y de almacenar las bebidas en los anaqueles de la pequeña barra para que no les faltase de nada a aquel ejercito de policías y militares que desembarcaban como los americanos en Normandía, bebiéndose hasta el disolvente de la pintura de uñas y que volvían a los cuarteles borrachos como cubas.
Lo de las “niñas” como le gustaba llamarlas si era cosa de Pureza. Se sentía en su salsa eligiendo y aconsejando los modelitos de ropa interior, y el color de los “deshabilles” que cada una debía llevar. Renacian en ella viejos recuerdos de su juventud, cuando lucia un cuerpo de Venus de ébano en la pasarela de las fiestas del Partido Único del Pueblo Libre, aplaudida y deseada por los miles de militantes y miembros del gobierno, y que terminaban ya de madrugada en la cama del dictador.
-Al general le importaba un carajo, le contó recién llegada a la “criolla” Casilda, fíjate, su chofer me llevaba directamente desde la puerta de la convención hasta el mismísimo palacio presidencial, porque al señor le gustaba joder en su cama. A su mujer la pobre le daban una patada en el culo hasta el día siguiente. Eso si, yo le cobraba un peso simbólico, porque una tiene que hacer valer su reputación. O jodes por amor o follas cobrando, no hay vuelta de hoja para una puta.
Las hizo reunirse en la salita rosa del primer piso junto a su dormitorio y las habitaciones VIPS. Veinte pupilas sentadas en el sofá redondo a su alrededor atentas como primerizas.
-A ver niñas, que los generales han adelantado su cita inesperadamente, no se que coño se les pasa por la cabeza, pero nosotras a lo nuestro. Quiero veros a todas bien pintadas y vestidas de calle, para atender a esa pandilla de chulos borrachos. Nada de sobeos, y al primero que se sobrepase me lo decís que va a durar menos que un bocadillo de atún en las “favelas” del Chaco. Y vosotras se dirigía a las cuatro de siempre, tu Zoraida te pones el tanga negro del Play-Boy y la diadema con las orejitas de conejito que tanto le ponen al general, tu Sabina le esperas directamente en pelotas porque Getulio vendrá salido y con el paquete brincado. A ver Virginia al tuyo que siempre exige una sorpresa que te parece si te disfrazas esta vez de caperucita roja y al viejo de lobo. Me quedas tú Maimona y lo tienes bien jodido como siempre con la manía del “indio” Batista de montarte con la pistola, las botas y espuelas, menos mal que solo es una noche, cada mes.
Las “niñas”, no tan niñas, porque las cuatro favoritas rondaban los cuarenta años, se pusieron de inmediato manos a la obra.
No le gustaba nada a la “negra” Pureza que le tocasen a las niñas y mucho menos que alguien se metiese con su edad. Por si alguno de sus clientes no lo tenia claro solía explicarlo alto y diáfano.
-A las mujeres de esta casa hay que valorarlas por su profesionalidad y experiencia, lo demás son ganas de joder la marrana. Y el degenerado que quiera joder con niñas que se vaya al jardín de Venus, allí a lo mejor se encuentra con una de sus hijas.
Sabia por propia experiencia que las cuarentonas tenían una edad cuajada y además la que exigían los generales. No como aquel comandante recién llegado a la embajada de España de agregado militar, un tal Porriño paisano de Franco, que el día que le invitaron al Erika, se atreviò a levantar la voz en el salon rojo para criticar:
-Vaya legión de putas viejas, estas en mi país son desechos de tienta.-
Un terremoto con el epicentro en el salón rojo no hubiese ocasionado mayor cataclismo.Cuando se lo contaron a Pureza le faltó tiempo para plantarse en la habitación del viejo Alvarado al que pilló en calzoncillos.
-Mirá viejo, ahí abajo hay un gallego cabrón poniendo a mis niñas a caer de un guindo. Lo corres tú, o bajo yo, le pregunto por su puta madre y le corro a palos hasta España.-
-Fue un misterio la súbita desaparición del comandante Porriño. Algunos escoltas aseguraron que vieron como lo subían a un helicóptero cargado de presos políticos en su último viaje al centro del Atlántico.
-Puros chismorreos cuarteleros comento el jefe de seguridad. Lo cierto es que el embajador español le dio cuarenta y ocho horas para reintegrarse a su cuartel en La Coruña.
Pasaban solo minutos de las diez de la noche cuando la avenida Libertad y Democracia se lleno de policías que acordonaron las aceras cortando el tráfico y desviando a los peatones por las callejuelas laterales.
Primero pasaron las motos convirtiendo la avenida en una feria de luces intermitentes y ruido de sirenas. A continuación los Dodges negros de los escoltas blindando la comitiva a ciento ochenta por hora y en el centro los cuatro Rolls de los generales relucientes como cuatro soles, enarbolando los estandarte de su generalato.
Como siempre el primero en bajarse del coche y subir la escalinata fue Getulio jefe del estado mayor, le seguía con sus piernas arqueadas recién bajado del caballo el “indio” Batista.
-La “negra” Pureza muy digna vestida con un traje rojo que realzaba su belleza de reina africana, los esperaba en el salón de visitas excepcionalmente iluminado.
-Tuvieron que esperar al “turco” Somoza que ayudaba al viejo general apoyado en su antebrazo a subir los escalones.
Fue el viejo Alvarado el único que se atrevió a besar en la mejilla a Pureza. En realidad era el único que tenia licencia para hacerlo pero sin pasarse un pelo, conocida su afición a tocar el culo de las chicas.
-Vamos al salón rojo, indico Getulio, iniciando la marcha y dejando a los guardaespaldas en el salón de visitas.
Pureza les siguió sorprendida e intrigada por aquel cambio tan radical en sus costunbres.
Caminaban de uno en uno clavando con fuerza los tacones de las botas en la alfombra persa que chirriaba dolida en su trenzado de seda.
Conociéndole, el gesto serio del “turco” Somoza no presagiaba nada bueno.Mientras en el salón rosa del primer piso esperaban las cuatro “niñas”, cada una metida en su papel y sorprendidas por la tardanza, lo que a la francesa Sabina tan desnuda como su madre la trajo al mundo, la ponía de los nervios y la carne de gallina.
-Me cago en la madre que los parió, estallo la francesa, se puede saber que coño les pasa a estos tíos que me van a hacer coger una pulmonía.
Entraron en el salón y antes de sentarse pidió el “indio” Batista.- “Negra”, cariño, pide tres botellas de whisky y una de ron con mucho hielo que hay que refrescar el gaznate.
-Déjate de coñas general que tú y yo estamos hechos de cobre viejo.
El viejo Alvarado se derrumbo en el sillón, apartó la pistola, se descalzo las botas altas y sin protocolos planto los pies encima de la mesa.-Me debéis una me cago en la leche, cuando se ha visto venir a un prostibulo a hablar de politica y no joder. La buena vida os esta amariconando y me preocupa que se entere la tropa y os terminen dando por el culo.
-Menos cachondeo joder, vamos a ponernos serios señores que la situación es una bomba y no esta para guasas, grito Getulio. Baja la voz coño, corto Somoza, que tu aquí eres uno mas.
-No se que os traéis entre manos pero poco vais a conseguir si empezáis por pelearos. Tranquilizaros, voy a pedir las bebidas.
Fue la única manera de serenar los ánimos y templar los nervios.
El “turco” Somoza, jefe de la guardia nacional y la policía secreta combatía su nerviosismo paseando eléctrico de un lado al otro del salón. Por la mañana bien temprano había recibido la llamada de Alvarado general de las fuerzas especiales y la DIM (Dirección Inteligencia Militar) comunicándole sus sospechas.-“Turco”, aprieta el culo porque estas en el filo de la navaja, el gran “padrecito” te ha enfilado, ya no le gustas, eres poco de fiar, tengo informes de mis hombre que te quiere sustituir por Andino para ponerte con el culo mirando a Guatemala.
A partir de ese momento a Somoza apodado el “turco”por sus rasgos cetrinos y la ascendencia marroquí de sus abuelos, se le pego la camisa al cuerpo de puro miedo y el pánico se le agarró a la boca del estomago.
-La puta que parió viejo, me dejas de piedra.Pero como coño se puede enterar tu banda de espías del tres al cuarto más sordos que una tapia, de lo que maquina el Presidente, mientras que a los
guilipollas de mi policía secreta se la meten doblada.
El viejo general con mas conchas que un galápago del Amazonas se echo a reír disfrutando como un enano de ver al “turco” sudando y sufriendo.-Muy fácil general, porque los “cornudos” siempre son los últimos que se enteran.
En ese momento entro en el salón la “criolla” Crisálida empujando el carrito de las bebidas.-Si quieren algo mas llamen al timbre.
-Ojo, si el mamonazo de Andino consigue hacerse el hombre fuerte del “padrecito presidente” nos huele a todos los aquí presentes el culo a pólvora, intervino Batista mientras se servia en un vaso mucho ron y poco hielo.Pero el “indio” Batista no era precisamente un “arrugado” que se acojonase fácilmente, hasta ese día le había costado mucho sacrificio y sangre conseguir las cuatro estrellas de plata desde que ingreso con quince años en la academia militar de suboficiales. Además el “padrecito” de los descamisados, el caudillo libertador, el padre de la patria, y otra tanda de títulos con las que se auto complacía el presidente vitalicio por la gracia de dios, le debía al “indio” el gran favor de estar sentado en el sillón del palacio nacional gracias a que sus tanques ganaron rápidamente la calle y masacraron a la guardia pretoriana del general Huerta el anterior dictador.
-Getulio le adivino el pensamiento.
-No te creas que porque le salvaste el pellejo al “padrecito”, va a tener consideración contigo. Si caes en desgracia te espera el exilio muerto de hambre o una balacera en una emboscada. A este cabrón no le valen las medias tintas.- Y lo afirmaba Getulio que era quien mejor le conocía, desde que salieron juntos de Las Caudillas su pueblo natal para alcanzar el generalato en una carrera de “trepas” meteórica y espectacular. Siempre juntos en el mismo escalafón, en los mismos cuarteles, en los mismos ascensos, juntos como dos hermanos, hasta que primero, surgió Chevita y Chevita enamorada eligió al “padrecito”, y luego cuando como jefe del estado mayor preparo el golpe contra Huerta y lo fabricó el solito pieza a pieza, con precisión alemana, un golpe bien engrasado, solo a falta del día “D”, y entonces se le adelanto el Caudillo Salvador, su amigo del alma, para sentarse en el sillón que ya habían tapizado para él. No se lo perdonó y el Caudillo que lo tenia mamado le dejaba mandar pero no se fiaba.
-Las palabras de Gertulio hicieron intervenir a Somoza.
.-Ni medias tintas ni enteras. Cuando te sentencia no le tiembla el pulso. Me acuerdo de la emboscada que le preparamos al pobre general Carranza y su escolta cuando iba a tomar posesión de la capitanía de El Yunque, los ametrallamos mientras dormían al raso. Fue una orden directa de el cuando le informe que mi policía había descubierto ciertos coqueteos de Carranza con el embajador de
Estados Unidos para derrocarle.- Todos asintieron menos Alvarado que se levanto con dificultad y encaminándose hacia la puerta aviso: voy a mear.
En el pasillo se encontró con la “china” Salomé y no pudo resistir la tentación de tocarle el culo. Mientras sentía esa satisfacción celestial que penetra los sentidos cuando se aligera la vejiga, se reafirmó en su creencia de siempre de que sus tres compañeros eran de poco fiar.
-Que cabrones, pensó en voz alta, cara al azulejo, mucho criticar al “padrecito” y cualquiera de los tres seria capaz de fusilarme con tal de sentir el calor de mi aliento en la calva de su nuca. Me subestiman por creerse mas listos, pero en este juego de te quito a ti para ponerme yo, quien ríe el ultimo es el que se descojona de la risa.-
-Se le vino a la memoria, así de pronto, que ya había sobrevivido a cinco golpes de estado y a tres dictadores distintos.-Saber nadar y guardar la ropa, esa es mi divisa para sobrevivir en esta jungla de hienas.-
-Nunca a lo largo de su carrera tuvo la ambición de hacerle sombra al dictador de turno y eso le había blindado contra la desconfianza del mandamás. –Se vive mucho mejor de general que de presidente, yo hago lo que me sale de los cojones y el Presidente en cambio esta preso del protocolo y sus miedos. ¿Que manda mas? Y a mi que carajo me importa si tengo todo lo que necesito en este país de mierda con solo dar una orden.
-Se la sacudió de arriba a abajo hasta escurrirse las últimas gotas que le salpicaron las perneras de los pantalones bombachos. Camino del salón se tropezó con la “negra” Pureza que andaba muy mosqueada con tanta reunión secreta. El viejo no se atrevió a tocarle el culo por miedo a la respuesta. ¿Qué coño pasa ahí dentro “viejo”?.-Tranquila “negra” déjalos, se aburren y de vez en cuando les gusta jugar a los “generalitos”. Una chorrada que me aparta de echarle un polvo a mi Virginia.- Lastima, se regodeo Pureza, porque hoy te esperaba con una sorpresa especial.- Cabrona me estas poniendo los dientes largos, esta me la debes ya sabes que ni olvido ni perdono.
-Cuando entró en el salón hablaba Batista.
-Escúchalo tu también, que tienes la gran habilidad de escaquearte cuando tomamos decisiones importantes y comprometidas. Hay que darle ya matarile a Andino, muerto el perro se acabo la rabia, si lo preparamos bien parecerá un atentado terrorista de los “tupamaros” y el Presidente no tendrá mas cojones que tragar.
No estaba muy de acuerdo Getulio con aquella iniciativa. Se levanto del sofá dejo el vaso vacío de whisky y lleno otro hasta el borde con un solo hielo, cruzó hasta el centro del salón y miro a Batista.
-“Indio” como siempre apuntas bajo. No entiendo como coño tus tanques son capaces de acertar en el blanco. Tienes que apuntar mas arriba joder y lograr un dos por uno.-
Un silencio espeso se adueño del salón. No se oía ni el aleteo de una mosca. Dar el paso adelante era arriesgado y comprometido. A más de uno el recuerdo de Carranza le electrizo el espinazo.
Somoza que era quien lo tenía más crudo tomo la iniciativa.
-De acuerdo Getulio tu preparas la estrategia, yo me encargo de sublevar los cuarteles y de Andino. Cuenta con que Batista saque los tanques a la calle y rodee el Palacio Nacional, todo bajo control.
¿Y tú Alvarado en que plato comes?
-La indirecta era un navajazo a la yugular. Con una calma calculada levanto la vista, apago el cigarro, dejo el vaso y contesto Alvarado: Mira “turco” yo no como, la experiencia me ha enseñado a tragarme los sapos sin masticarlos, de eso tengo las muelas picadas y los colmillos retorcidos, así que no me toques las pelotas que las tengo hinchadas de oír guilipolleces.- Volvió la cabeza hacia Getulio y le pregunto directo y claro.- Dime y una vez que derroquemos al dictador mandándole a freír puñetas, quien va a sustituirle en la presidencia.-
La pregunta por inesperada explotó como una bomba en el centro del salón rojo. Los tres generales se miraron atónitos y desconfiados. Pero Getulio reaccionó con reflejos de pantera temiéndose una guerra antes de empezar la guerra.
-Nombraremos una Junta de Salvación Nacional integrada por nosotros cuatro. Nos repartiremos cuatro áreas de gobierno, Defensa, Seguridad, Exteriores y Economía. Las decisiones serán colegiadas. No habrá ninguno por encima de los otros, así “tutti contenti”, conforme “viejo”.-
-Perfectamente general.Lo primero es lo primero, y tal como se desarrollen los acontecimientos ya veremos. Pero rectifica, seréis un triunvirato, a mi me dejáis donde y como estoy.-
-No les sorprendió la actitud “gallega” de Alvarado, mejor, un gallito menos, a la vez que ayudó a rebajar una tensión que por momentos se pudo cortar con un cuchillo.Por primera vez los cuatro generales se ponían de acuerdo en hacer algo que no fuese irse de putas.
-La suerte está echada, sentenció Somoza, y al que se le ocurra echarse para atrás, tiro en la nuca.
-Efectivamente, después del acuerdo ya solo quedaba ponerle fecha y hora al día “D” para ejecutar el golpe de estado, y derrocar al “padre de la patria”.
-Voy a mear.- ¿Otra vez “viejo”? – Si coño y las que hagan falta. – La jodida próstata ¡eh ¡ - Y un carajo.
-Fue abrir la puerta acristalada del salón que daba al pasillo y pura coincidencia desde las entrañas del coche-bomba bien aparcado junto a la terraza del salón surgió un huracán de hierro y fuego arrasando el chalet del que solo quedaron en pie los pilares maestros y la cocina. A los tres generales, pillados por sorpresa no les dio tiempo ni a rezar un padre nuestro. Una gigantesca bola de fuego les paso por encima como la estela de un cometa loco abrasándolos vivos.
-A Alvarado tampoco le dio tiempo a alcanzar el urinario y mear, la onda expansiva le empotró su cabeza contra una columna estallando como una sandia. En cuestión de segundos se habían desatado todos los demonios escondidos en el maletero del coche-bomba, llevándose por delante a todo el ejército de escoltas y fornidos guardaespaldas que borrachos como cubas se fueron para el otro mundo con cara de tontos.
Algunas de las “ niñas “ de ama Pureza gemían heridas bajo los escombros, de un Erika destruido del que solo quedaba en pie la zona de la cocina y el reclamo luminoso de la calle que seguía dando la bienvenida a los clientes ajenos al magnicidio. Hasta lo que había sido puerta de entrada llegó la “china” Salomé con el pelo y la ropa chamuscada, totalmente desnuda.
-Por la larga avenida Libertad y Democracia no se observaba un alma. Los semáforos continuaban intermitentes con sus guiños esteriles huérfanos de coches, recordando los toques de queda de otros tiempos.
-A su espalda las llamas proyectaban la sombra sensual del cuerpo desnudo de la “china” Salomé sobre la acera. No pudo reprimir una carcajada cuando vio aparecer a Virginia disfrazada de caperucita roja, después se hecho a llorar.-
.-Pero que coño hemos hecho nosotras para merecer esto. Si solo somos prostitutas que nos ganamos la vida trabajando honradamente.
.-Putas,”china”, no lo florees, somos putas, y estos cabrones mal nacidos nos han arruinado la vida sin comerlo ni beberlo.
¿A dónde voy a ir ahora con cuarenta años largos a explotar este coño?
-A la “negra” Pureza la onda expansiva la mando a freír puñetas de lado a lado de la cocina, moviendola como un pelele. Conmocionada, todavía tuvo fuerza para apartar los escombros ponerse en pie y devolver al sujetador la teta que se le había salido en la caida. Por el pasillo se tropezó con el cuerpo roto de Alvarado que retenía en su rostro un gesto esculpido de incredulidad.
.-“Viejo”, a mi me han jodido bien estos hijos de puta, pero a ti te han puesto un piso en el otro barrio, y encima sin poder tocar un culo.
-A la “criolla” Crisalida se la encontró muerta debajo de un guardaespaldas que ocultaba su cuerpo desnudo tumbado sobre un sofá destripado.
.-¡Ay Crisalida¡ te advertí que no te metieses en esos charcos. Te gustaban demasiado los hombres y ya ves ni el último polvo te han dejado disfrutarlo. Descansa en paz “criolla”. De pronto, la avenida se inundó de sirenas que trepanaban los tímpanos, de luces azules que iban y venían enloquecidos, todo un caos de ambulancias sin heridos y vehículos militares en estampida, buscando la salida de la avenida.
-Sentadas en la escalinata del chalet la “negra” Pureza, cepillaba con ternura los pelos chamuscados de la “china” Salome. Virginia, le trajo una cortina para taparla, aunque el calor sofocante del incendio invitaba mas a quedarte en pelotas.
-Hasta que aparcó derrapando el coche de policía frente a ellas, no se levantaron. De la parte delantera se bajo un oficial gordo con cara de ratón que las radiografió de arriba abajo.
.-Los “tupamaros” han atentado contra el Palacio Nacional, y han asesinado al presidente y al general Andino. Busco al general Somoza. ¿Y aquí que ha pasado?.
.- Nada se adelanto la “negra” Pureza, que dábamos una fiesta y ha estallado la piñata mandando a la mierda al “turco” Somoza y sus tres amigos.
Al “poli” la respuesta le sonó a cachondeo se metió en el coche y arranco cabreado, huyendo de la quema.
.-Y ahora que hacemos “ama” pregunto la”china”.-
.-Ahora, prepararnos para reconstruir el chalet y que puedan venir a joder los nuevos mandamases.-

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